La belleza interior

Hace unos años coincidí en clase con Penélope. Penélope era una chica lista donde las haya, con un expediente plagado de matriculas de honor, hija de un famoso medico barcelonés y con una brillante carrera por delante.

Pero sus éxitos académicos no le bastaban y decidió aumentar su popularidad en ámbitos más mundanos. Una dieta y un programa de ejercicio salvajes le dejaron en unos escasos 28 kg (16 años y 1,60 metros de altura). Un ingreso de varios meses en una unidad psiquiátrica le arrancó de las garras de la muerte, pero no logró curarla, ni mucho menos.

Periódicamente, Penélope recae, deja de comer y nos recuerda a todos que la anorexia nerviosa es hoy en día un trastorno muy complejo de abordar y que no somos capaces que erradicar una vez se ha instaurado.

Cada vez se sabe más de los efectos de la dieta restrictiva sobre el cerebro y el daño irreversible que se puede llegar a crear, sin embargo las causas que la provocan siguen ahí y seguirán arrastrando al precipicio a muchas (y muchos) Penélopes cada año.

Pero la sociedad esta reaccionando. Necesita culpables y las ha encontrado en las modelos de talla pequeña. Y la solución es sencilla pues, basta hacerlas engordar un poco y crecer hasta la talla 36.

Por otro lado, les explicaremos a las chicas y chicos menos agraciados físicamente que 'la verdadera belleza es la interior' y que no se preocupen.

La belleza es un conjunto de rasgos que usamos para valorar el grado de atracción que nos produce algo.

No es algo exclusivo del ser humano, sino que se encuentra en todos los órdenes naturales. Hay ejemplos tan lejanos como plantas desarrollan pigmentos para atraer a los insectos responsables de polinizaciones cruzadas o pavos reales que realizan auténticos números de baile para llamar la atención de las hembras (y sin pagar ni consumición ni entrada a la discoteca). ¿Alguien cree que la pava en celo se preocupará si quiera mínimamente de la 'belleza interior' de su apuesto compañero?

En los animales los rasgos de belleza se corresponden con los de salud y fecundidad. El objetivo claro de la belleza es favorecer el apareamiento y en última instancia la reproducción, así que es lógico que se prefiera a los individuos sanos y fértiles.

Los humanos, con nuestra absoluta capacidad para darle la vuelta a todo, hemos modificado por completo el modelo de belleza en numerosas ocasiones. En el siglo XVII, la mujer bella era la obesa, en el XXI es el esqueleto andante (y para el colmo del contrasentido biológico, estéril, porque todas las anoréxicas pierden la capacidad reproductora al avanzar su enfermedad).

Y surgen numerosas voces criticando ese modelo, pero muy pocas criticando la posición que la belleza ocupa en nuestra sociedad.

La belleza solo sirve para una cosa: para despertar el interés sexual. Ni más ni menos. Una vez se ha logrado captar la atención de la víctima, se puede proceder a aparearse con el, venderle un seguro, conseguir un empleo o cualquier otro fin adecuado a nuestros propósitos.

Sin embargo, muchas personas niegan que se arreglen y acicalen para estimular el deseo de los demás. Se dan excusas tan peregrinas como 'me gusta estar guapo/a para mí". Eso suena a práctica masturbatoria casi...

Y llegamos al trilladísimo 'belleza interior'. ¿Qué significa eso? ¿Que hay rasgos de la personalidad que también resultan positivos en nuestras relaciones con otros individuos y que no se ven externamente? ¿Y porque se llama belleza a eso?

La belleza da una ventaja inicial (relativa también, porque demasiada belleza puede asustar y hacer que nuestro pretendiente ataque a otro objetivo más asequible por miedo al fracaso), pero sólo eso. Facilita mucho el primer contacto pero tiene poco efecto más allá.

Cuando se trata de crear una relación duradera, hacen falta otros cimientos sobre los que sostenerla: el mundo esta lleno de cosas bonitas: las plantas son bonitas, los cuadros son bonitos, hasta algunas cortinas son bonitas, pero ¿quién quiere por compañera a una planta, cuadro o cortina?

¿Porque se sigue insistiendo tanto en la belleza? La respuesta posiblemente hay que buscarla en que se gana más vendiendo perfumes y trapitos que libros y, yendo un poco más lejos aún, en que se controla mejor a un rebaño muy guapo que a uno muy culto