Sin lechuga, sin tomate, sin pepinillo, sin ...

De un buen amigo aprendí un conocimiento muy útil: como cliente, pide sin pudor, el trabajo de complacerte es del que te sirve...

Siempre me ha maravillado (una admiración no exenta de cierta vergüenza al principio, aunque el tiempo todo lo cura) su capacidad para destruir los platos y menús de los restaurantes con cambios e invenciones imposibles de ingredientes.

Yo mismo he sucumbido al placer de degustar decenas de montblancs (un helado coronado de nata que recuerda la forma de una montaña con la cima nevada) sin nata.

El problema es intentar jugar a ser cocineros con las personas. Los celos, los arrebatos de ira, los días malos, ... no son rasgos que se puedan quitar como los pimientos o la cebolla. Están allí, y por mucho que nos los quieran ocultar y no los queramos ver, al final se mostrarán.

La combinación perfecta de sabores no existe. Y aun si existiese, la aborreceriamos si la comiéramos a todas horas. Unos días apetece más dulce, otras veces más salado.

Aunque pueda parecer contraproducente, al conocer a alguien vale la pena enseñarle un poco tu cara más amarga. Antes o después va a tener que lidiar con ella, así que mejor descubrir si le resulta aceptable. Si lo es, te habrás quitado un buen peso de encima, y si no, habrás ganado un tiempo precioso para encontrar otro paladar que sepa apreciarte mejor.

Hemos sacudido un avispero, estamos luchando contra toda la ciudad

Parecía una operación fácil, entrar por aire, capturar los prisioneros, exfiltrarse por tierra en un convoy. No tendría que haber costado más de media hora... Desembocó en una cruenta batalla que hizo cambiar la politica exterior de la mayor superpotencia del mundo.

Despues de media vida (o más) de incursiones quirúrgicas, de jugar con el fuego evitando por todos los medios quemarme, de apartarme a tiempo cuando la temperatura empezaba a subir, acabo de darme cuenta que me estoy enredando en una red que no vi llegar a tiempo...

El solsticio de verano, la noche del fuego... una fecha propicia para abrir la caja de los truenos de los sentimientos... Moví la tapa unos milímetros casi sin darme cuenta, y mis tímpanos aun resuenan de la explosión...

Poco a poco las aguas recuperan su cauce después de la tormenta, llevándose con ellas una buena parte de mi antes impenetrable coraza de hielo. Supongo que con algo de tiempo podría rehacerla, pero lo que es peor, no se si quiero hacerlo...

Cariño, eres muchísimo más poderosa de lo que crees...

Subvirajes y sobrevirajes

Hay pocas cosas que estimulen más a un buscador de sensaciones que rozar el límite, notar el chirrido de las ruedas y el desplazamiento lateral del coche y ser capaz de enderezar el rumbo y mantenerse en la calzada. En esos segundos, el bombeo de la adrenalina le hace recordar que esta vivo.

Tambien hay pocas cosas (o ninguna) que tema más un manipulador que perder el control.

La combinación de esos dos rasgos de personalidad es realmente explosiva. La mitad de tu cabeza te dice que te lances de cabeza a la piscina, mientras la otra calcula la densidad y profundidad del agua, la altura y curvatura del salto, la aceleración de la gravedad, la presión atmosférica, coeficientes de fricción varios y la capacitación profesional del socorrista más próximo.

¿Y qué parte del cerebro suele ganar? Aunque pueda parecer al revés, creo que en el fondo la parte racional. No derrapo en las curvas del parking cuando voy solo, solo con un trofeo jugoso en juego y, sobretodo, las gradas bien repletas de público. ¿Es trampa eso? ¿Es realmente hacer una estupidez por una estupidez, o forma parte de una cuidada puesta en escena en busca de un fin oculto? ¿Cuándo empieza y cuánto dura realmente la pérdida de control? Pues la verdad, no tengo ni idea, pero no creo que vaya a cambiar, así que probablemente tenga tiempo para seguir haciéndome las mismas preguntas...

Pelear con espada es como hacer el amor: muchas veces no es tanto lo que haces como lo que dices

La frasecita la pronuncia Carla, la intrépida Sword Master de Melee Island, aunque probablemente se le pueda atribuir a Orson Scott Card (autor de El juego de Ender, entre otras obras), que participó en el desarrollo de Monkey Island, concretamente en el hilarante combate de espadas a base de insultos.

Es sorprendente tanta sabiduria recogida en tan pocas palabras. Cuantas veces una frase ingeniosa a tiempo ha convertido un desastre en una risa complice y cuantas veces un halago (o una combinacion de ellos) ha acabado con las reservas de la más inaccesible...

Está discutido si a los hombres se les conquista por la vista o por el estómago. Un compañero de trabajo, uno de los mejores médicos que he conocido, me dijo un día que eso es lo que marca la diferencia entre la juventud y la madurez, el viejo prefiere una buena comida a un polvo, el joven al revés... Entre risas añadío que él estava viejo porque ya prefería la comida...

Más unanimidad existe respecto a la mujer. Es el oído su punto débil y allí debe el buen casanova dirigir sus dardos envenenados. Incluso en los momentos mas íntimos, no hay que olvidar que la lengua, ademas de chupar sirve para decir tonterias, y que esas tonterias pueden ser muy necesarias.

Mi curiosidad infinita y afán de perfeccionismo me ha llevado a preguntarme que suelen decir los hombres en esas situaciones. El cine pornográfico, como género de ficción que es, no parece muy fiable y la tradicion monogámica occidental dificulta acceder a esa informacion. Algunos datos llegados por vias alternativas me han convencido que es un campo muy variado a seguir explorando, y que probablemente el sexo sea uno de esos momentos donde aunque no haya nada interesante que decir, es mejor no quedarse callado...

No hay plan que sobreviva al primer contacto con el enemigo

Helmuth von Moltke fue el que pronuncio estas sabias palabras.

Resulta asombroso como las mas imprevisibles y nimias casualidades se alian para acabar con los mejores planes.

Otras veces no se trata de casualidades, simplemente de haber infravalorado las capacidades de tu oponente.

Sea cual sea el motivo, siempre hay que acabar recurriendo al plan B, o al C, o al...

Afortunadamente, si algo sobran aqui son planes. "En el amor y en la guerra todo vale", pues vamos a jugar!!!