Conquistar el Mundo

Frio y calculador para los que me aprecian; Insensible, falso y sobretodo manipulador para los que no me aprecian. En algun caso alguna persona ha llegado a calificarme de sensible. El alcohol (o el enamoramiento, que es bastante peor que la borrachera) debia nublar de forma importante su juicio en ese momento. Otros datos mas objetivos: varon, nacido en 1978, residiendo en Barcelona.

miércoles, julio 12, 2006

Maskirova y Malicia empiezan por M


-De modo que la sorpresa es la clave?
-La sorpresa es siempre la clave- respondió Alekseyev en seguida, citando con exactitud la doctrina sovietica-. La sorpresa es el factor más importante de la guerra. Hay dos clases de sorpresa: la táctica y la estratégico. La táctica es un arte operativo. Un eficaz comandante de unidad puede generalmente obtenerla. La sorpresa estratégica se consigue en el nivel político. Ésa es la misión de ustedes, no la mía, y es mucho más importante que cualquier cosa que podamos hacer nosotros en el Ejército.

(Cúpula sovietica preparando el ataque a la OTAN)

Maskirova es una palabra rusa que se usa en todo el mundo y significa camuflaje, engaño, disimulo. No es casualidad que se considere a los rusos como los mejores en esta especialidad

Atacar cuando y donde el enemigo no lo espera aumenta muchisimo las posibilidades de exito, y eso no es solo aplicable a las operaciones bélicas.

Basta con mirar 10 minutos de anuncios en la televisión. ¿Cual es la frase que más se repite? Call now!! Llama ahora!! No pienses, no reflexiones, no calcules, llama y gasta dinero antes de que puedas reponerte de la sorpresa y evitar el atraco.

Malicia es un sustantivo con profundas connotaciones negativas; esto es aun mas notorio si tomamos el adjetivo 'malicioso'. Sin embargo, pese a su prefijo mal-, se refiere simplemente a la capacidad del sujeto de ocultar sus verdaderas intenciones.

El malicioso es aquel capaz de acercarse a su objetivo con una sonrisa inocente plantada en su rostro mientras mira en otra dirección. Esto le confiere dos ventajas: le permite sorprender a su victima con las defensas bajas (y apuñalarle por la espalda) y/o arrancar en el sprint final con una buena ventaja sobre sus hipotéticos rivales, que no han visto su aproximación (y llegar antes a la meta).

Un verdadero caballero jamás apuñalará por la espalda, sino que buscará a su oponente, le golpeará con el guante, escojerá arma y lugar, se presentará con un padrino y se batirá limpiamente en duelo. Si es diestro con la pistola o la espada, tal vez sobreviva y pueda seguir mandándole castas cartas de amor a su lejana doncella.

El truhan hará la corte a la amiga fea, averiguará a través de ella sus puntos débiles y en el momento oportuno (léase, cuando el tonto de las cartas meta la pata) le saltará al cuello por sorpresa.

¿Quien tendrá más exito? Pues seguramente, el truhan que sepa ser tan malicioso como para parecer ser un caballero...

En política (y en otros ámbitos) se suele hablar del 'tapado'. Es aquel sujeto que no hace pública en un primer momento su candidatura, sino que espera que las luchas entre los rivales los desgasten y aparece en el último momento para deslumbrar con una campaña corta y ganar las elecciones sin dar tiempo a que se averiguen y publiquen sus aficiones sexuales secretas, sus conexiones con la mafia, el dinero que ha defraudado a Hacienda contratando empleadas del hogar sin contrato y lo mal que le huelen los pies.

También es común la figura del 'submarino' o 'hombre de paja'. Se trata de un líder supuestamente independiente que en realidad obedece a otra poder que permanece en la sombra moviendo los hilos. Si alguien se pregunta como un deficiente mental puede gobernar un pais de casi 300 millones de habitantes, la respuesta esta clara, es que no gobierna, solo sale en la foto...

Así pues... ¿caballero o truhán? pues en la vida hay tiempo para todo, para cargas frontales a pecho descubierto y a la balloneta calada y también para regalarle un precioso caballo de madera repleto de tropas. Contra más opciones tengas, más probabilidades de escoger una que funcione en la próxima batalla...

martes, julio 04, 2006

Creciendo...

Durante muchos años, me harté de repetir a quien quiso escucharme que gastaría mi primer millón en un coche.

Trabajé doblando turno durante tres meses de verano, unas 80 horas a la semana y logré ahorrar lo suficiente para aspirar a un Porsche 911 de segunda mano con bastantes kilómetros. Llegué incluso a probarlo.

En el último momento, decidí dejar el dinero en el banco y seguir usando el autobús. Algún atisbo de madurez me hizo ver que habría mil formas mejores de gastar ese dinero en el futuro, así que borré la táctica 'deslumbrar con deportivo' de las posibilidades de ligue y me concentré en otras opciones.

Años más tarde, mirando en perspectiva, creo que fue una de las primeras veces que fui capaz de enfocar mi punto de vista un poco más allá de lo que tenía delante de mis narices. Aun así, no dejé de hacerlo por mí, única y exclusivamente por mi mismo. A la postre, esos 7.000 euros me han ayudado a comer mientras terminaba la carrera, y por mucha ilusión que me hiciera mi bólido, creo que dejarlo en el concesionario fue una feliz idea.

Ahora acabo de renunciar a otro de mis sueños de niñez (y este bastante mas trascendente que un coche), un imposible que un día se materializa delante de ti esperando que alargues la mano y lo agarres al vuelo...

Y cuando ya lo acaricias, te das cuenta que el niño que soñaba despierto ha cambiado... Lo que antes parecía fácil y claro, ahora ya no es ni tan sencillo, ni tan cristalino...

Creo, no, afirmo rotundamente, que sigo siendo tan egoísta como siempre (y eso no va a cambiar en 1000 años). Sin embargo, en algún momento empecé a incluir a mi compañera en mis cálculos. Durante estos años ha sido capaz de devolverme con creces todos los esfuerzos dedicados a ella, y eso ha complicado una decisión que hace unos años hubiese sido inmediata hasta hacerla cambiar de sentido...

No se hasta que punto se podría llamar a esto crecer y hasta que punto se podría llamar estar enamorado. Poco importa el nombre, pero resulta evidente que a veces (o siempre) es más fácil ser Peter Pan...

Ahora únicamente puedo esperar no haberme equivocado. Y si en algún momento pienso que lo hice, la culpa habrá sido mía, y solo mía.